miércoles, 3 de abril de 2013

LA JUSTICIA DE LAS SERPIENTES




Leyes hay, lo que falta es justicia. Ernesto Mallo
A vueltas con lo justo o injusto de la realidad que vivimos, poco a poco se nos va poniendo contra las cuerdas.
La ciudadanía poco o nada puede hacer para defender sus derechos o los de su comunidad. La justicia ha resultado no ser ciega, tan solo sucede que mira y ve cuando le interesa a sus proxenetas. Las tasas judiciales nos hacen dispares ante la ley, provocando sin duda y de forma manifiesta ciudadanos de primera y de segunda clase. Partiendo de esa premisa no habrá de sorprenderles lo que les describa…
En la actualidad, los juzgados carecen de papel timbrado y por ello, en las transacciones (acuerdos), siendo lo correcto  entregar un ejemplar del acuerdo a todas las partes implicadas, ahora se entrega una copia y el resto deben hacerse fuera de las dependencias judiciales.
En el turno de oficio civil, el procurador que presenta la demanda debe aportar copia para todas las partes comparecidas ya que el juzgado no le facilitará el  hacerlas. En caso de no aportarlas (les recuerdo que a los profesionales del turno de oficio les retribuye la administración), se requiere un plazo para subsanar la falta de documentación y por tanto se genera un retraso del proceso.
En el caso de tratarse de procedimientos penales del turno de oficio, procurador o abogado deben llevar papel de su despacho para hacer copia de todo el expediente. En caso contrario no se dispondrá de este y sin duda resulta básico e imprescindible para trabajar el asunto…
Algunos juicios por su naturaleza, han de ser grabados en vídeo. Cuando se trata de asuntos privados, resulta normal que el coste lo abone el cliente. ¿Pero qué sucede en los asuntos del turno de oficio?, pues que el procurador debe comprar el CD para que su cliente (beneficiario de la justicia gratuita) pueda disponer de todas las garantías procesales.
La perentoriedad en relación al material de oficina ha provocado, en ocasiones, que los funcionarios pidan a abogados y procuradores bolígrafos, cartulinas y fasteners (espirales de alambre para encuadernar expedientes). También es manifiesta la sempiterna carencia de tonners (recambios para fotocopiadoras e impresoras) y que en muchas ocasiones ha provocado que un juzgado no pueda imprimir. Dice la leyenda, que los funcionarios se esconden unos  a otros el material…
Pero hablemos del activo más valioso de cualquier servicio público: los funcionarios. Personas como cualquiera, también caen enfermos y por tanto, pueden estar en “incapacidad temporal”  (mal llamada baja médica). Cuando esto sucede, no son sustituidos por otros profesionales; por lo que los expedientes que gestiona el funcionario enfermo quedan paralizados, sin movimiento, el tiempo que dura la baja. Lo mismo sucede en los periodos de permiso o vacaciones. Algunos juzgados han intentado repartir el trabajo entre el resto de los empleados, pero dada la ya sistémica acumulación es más un problema añadido que una solución.
Se preguntarán ustedes que fuentes nutren lo descrito; sencillo, tengo buenos amigos abogados…
Este país está cayendo en la indignidad se mire por donde se mire. En relación a la justicia permítanme cerrar con una frase de Monseñor Oscar Romero: “La justicia es igual a las serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos”.
POLITICA ES MORAL

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