miércoles, 30 de enero de 2013

SOCIEDAD JUSTA: Izquierda y República.


"La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas."  Enrique  Tierno Galván.

Al viejo Profesor le dictaba la razón y una enorme capacidad de síntesis le permitió llegar a toda la ciudadanía.En el momento actual tendemos a pensar que todas las opciones políticas se ciñen a la máxima de “quejarse en la oposición y callar en el gobierno”. Pareciera cierto pero no lo es. No nos dejemos llevar por el horizonte inmediato.

Hay grandes diferencias entre gestionar el poder y sus instituciones con criterios conservadores o progresistas: en el primer supuesto, unos pocos se benefician de los rendimientos de la mayoría social, en  el segundo, la riqueza, los recursos, se entienden como compartidos y con la finalidad de conseguir justicia social.

Capciosamente, las posiciones oligárquicas y de casta social argumentan que las coberturas sociales, la protección, adormecen a la ciudadanía por el hecho de tener garantizados unos mínimos de vida y en consecuencia, sociedad y economía se resienten en su crecimiento. Nada más falso e interesado. ¿No es cierto que los países nórdicos son objetivamente capitalistas?, ¿es correcto decir que estos países incentivan la actividad económica de forma preclara?, ¿es erróneo afirmar que una economía fuerte genera tributación y la buena gestión de los tributos aporta bienestar?. No es necesario extenderse más, la llamada “economía de mercado” puede ser, sin duda, propia de una política progresista. Por tanto, ser de izquierdas, trabajar bajo esa base ideológica, es la más adecuada vía para alcanzar una sociedad justa.

En paralelo a la “gestión práctica de gobierno”, subyacen otros aspectos que tienen relación con la representatividad y legitimidad de las instituciones. Partiendo de una innegable necesidad de objetivizar los fines, no ha lugar a órganos de poder o gestión no controlables por la ciudadanía. En el momento presente, aceptar que el poder sea hereditario por nacimiento e incluso que los varones tengan prioridad sobre las mujeres (es el caso de nuestra casa real) es un anacronismo que de mantenerse, niega todo nuestro Estado de Derecho.

República es un término nacido del concepto latino Res publica y cuyo significado es, en sentido amplio,  la igualdad ante las leyes, el sometimiento del gobierno a la ciudadanía y la constatación de que no existe más forma de legitimar a los gobernantes que el ejercicio del sufragio. Los ciudadanos, con su voto, se dotan de la representación de los más capaces...

Nuestro presente es el que es. Aún hoy recelamos de un pasado que ya debería estar superado e interiorizado. Por lo tanto, aún acatando nuestro ordenamiento legal, es lícito aspirar a un régimen político donde no existan privilegios y/o discriminaciones, donde la economía tenga un fin social. Un sistema en el que  el gobierno de las instituciones nazca de las urnas. En resumen, una sociedad progresista y republicana.

POLITICA ES MORAL

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